domingo, 5 de agosto de 2012

Colo-Colo sigue en el suelo.


Omar Labruna ya cumple cinco partidos en el banco del cacique y es prudente hacer un análisis de lo expresado en cancha por sus dirigidos. Lo más importante es que  Colo-Colo no ha mostrado síntomas de mejoría con respecto a sus paupérrimos últimos 2 años, ya que sigue siendo un equipo sin ideología futbolística, sin fondo físico y sin confianza, cómo tenerla después de todos los disparates acaecidos en la institución en los últimos tiempos; conflictos con delincuentes autodenominados hinchas, dirigentes deleznables que solo han velado por el bienestar de sus bolsillos, técnicos flojos que ayudaron, unos más que otros, a construir uno de los peores equipos de Colo-Colo en su historia. Pero volviendo al presente futbolístico del cacique se puede decir que es un equipo abúlico, con escaso poder ofensivo siendo capaz de producir no más de 4 situaciones de peligro para el rival por partido, feble en defensa y con reiterados errores indignos de liga infantil, y lo más grave de todo, con jugadores sin espíritu que se dejan abrumar por el miedo, y la desidia en algunos casos, sin animarse a mostrar algo de rebeldía y coraje tan necesarios en estos momentos. Por el contrario prefieren jugar al no error para evitar las tormentosas implicancias que trae consiguo cada derrota del conjunto popular. Si hubiera que definir a este Colo-Colo de Labruna, lo definiría como un bodrio y la principal responsabilidad no la tiene Omar Labruna, es de los dirigentes que se demoraron un mes y medio en conformar un equipo trayendo jugadores para rellenar puestos y no los jugadores de nivel y jerarquía que necesita el club para superar el mal momento futbolístico y anímico que atraviesa el plantel. Mismo dirigentes que a principio de año decidieron mantener a Basay y darle en el gusto en todos sus caprichos que condenaron a los hinchas a presenciar una de las más pobres versiones del conjunto albo en toda su historia y al equipo, que no tiene cimientos físicos ni futbolísticos como para intentar algo mejor. No la tendrá fácil Labruna para armar un equipo competitivo este semestre, ya que dentro de la misma institución están las personas que más complican la resurrección de Colo-Colo. Ojalá el cacique pueda volver a competir y no solo a participar de los torneos.

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